¡Descubre nuestras tarjetas "Quantum-Vital" y transforma tu energía! 🌟

Están diseñadas con una antena NFC que te permite enriquecer tu energía gracias a los códigos internos biorresonantes específicos, adaptándose a tus necesidades personales. Son increíblemente portátiles y pueden mejorar la energía y el ambiente donde quiera que estés: en casa, en el coche, o en la oficina.

Protegen el cuerpo evitando que los campos magnéticos perjudiciales se queden en el cuerpo, de esta forma aportan equilibrio y sintonía a tu vida, prometiendo serenidad y vitalidad en todo momento. ¡Lleva contigo la energía positiva que necesitas y sintoniza tu entorno con nuestras tarjetas únicas!

¡Consigue la tuya y siente la diferencia! ✨

Algunos de los principios teóricos que fundamentan esta tecnología de

Biorresonancia

BIO = vida.

RESONANCIA = Es el incremento de amplitud de una fuerza de frecuencia natural que actúa sobre un sistema.

Incluso el aire que respiramos está compuesto por partículas. Al considerar los miles de millones de átomos que forman una célula de nuestro cuerpo, y a su vez, los miles de millones de células que nos componen, comenzamos a visualizar la inmensidad de nuestra estructura. Si cada átomo contiene electrones que vibran y generan un campo electromagnético, es natural suponer que la suma de estos campos individuales da lugar a un campo mayor que rodea nuestro cuerpo.

Este campo electromagnético es comúnmente conocido como el "aura", una manifestación energética que ha sido observada en distintas tradiciones a lo largo de la historia. A nivel científico, el biólogo Rupert Sheldrake ha propuesto el concepto del Campo Morfogenético, una red invisible de información que guía el desarrollo y el comportamiento de los sistemas vivos, sugiriendo una conexión profunda entre la energía, la forma y la vida.

(https://bit.ly/3uZoVGF) 

Todo en el Universo es Vibración

Todo lo que está formado por átomos se encuentra en constante movimiento. Los electrones vibran y se reorganizan dinámicamente. Esto genera un campo que produce frecuencias de ondulación medibles.

El campo electromagnético de nuestros átomos no es estático; en realidad, comparte información con el entorno. Este proceso, conocido como resonancia, es un intercambio continuo de información, una interacción incesante entre nosotros y el mundo que nos rodea.

Sin embargo, la manifestación material de la energía en nuestro plano está regida por cuatro fuerzas fundamentales que estabilizan todos los elementos de la naturaleza. Estas fuerzas, sutilmente entrelazadas, sostienen la estructura y la forma de la materia, infundiendo vida, armonía y belleza. Las fuerzas son la nuclear débil, la nuclear fuerte, la electromagnética y la gravitacional:

• La fuerza nuclear fuerte mantiene unidos a los protones y neutrones en el núcleo atómico.
• La fuerza nuclear débil participa en la desintegración radiactiva.
• La fuerza electromagnética regula las interacciones entre partículas cargadas eléctricamente.
• La gravedad atrae a las masas entre sí, dándole forma a estructuras cósmicas y cotidianas.

No somos simplemente un conjunto de partículas amontonadas, como un castillo de arena hecho de millones de granos. En cambio, somos una sinfonía de fuerzas que interactúan y resuenan. Este delicado equilibrio de energías da forma y sentido a nuestra existencia, tal y como lo sugiere la teoría de cuerdas de la física cuántica.

Matemáticas y Geometría

Desde la antigüedad, los filósofos griegos exploraron la naturaleza del universo a través de las matemáticas y la geometría. Los pitagóricos descubrieron que los números no solo medían, sino que también revelaban patrones que estructuraban la realidad, mientras que Platón propuso que las leyes geométricas organizaban la materia, creando el orden en el cosmos.

Hoy en día, la geometría sagrada amplía estas ideas, mostrando cómo ciertos patrones geométricos no solo dan forma a la materia, sino que también actúan como amplificadores de frecuencias. Experimentos como los de cimática revelan cómo las vibraciones pueden organizar la materia en formas armónicas, conectándonos con un profundo orden cósmico.

De este modo, tanto la filosofía antigua como las teorías modernas nos enseñan que no somos solo partículas en movimiento, sino seres vibrantes en una red de frecuencias que estructura y da sentido a nuestra existencia.

Aunque la ciencia ha avanzado enormemente, aún queda un vasto camino por recorrer para descifrar los misterios más profundos de nuestra realidad. Aunque no tenemos respuestas definitivas a las preguntas más fundamentales, sí sabemos algo con certeza: todo en el universo resuena, se organiza, armoniza o se sumerge en el caos, para eventualmente resurgir.

A través de la biorresonancia cuántica, estamos comenzando a descubrir cómo el cuerpo, la mente y el espíritu se sincronizan mediante órdenes resonantes sutiles. Este proceso permite que nuestro organismo recupere su capacidad natural de autorregulación y armonía.

En la era moderna, la avalancha de influencias artificiales y antinaturales puede desestabilizar fácilmente nuestro equilibrio físico, mental y espiritual. Mantener esta conexión con niveles superiores de conciencia e información es fundamental para preservar nuestro bienestar y darle un sentido profundo a nuestra existencia en medio del caos del mundo contemporáneo.

Dispositivo Q-Vital con vocación científica

Las vibraciones y resonancias tienen un impacto innegable en nuestras vidas, algo que diversos estudios han empezado a desvelar. Un estudio notable realizado en 2014 entre la Universidad de Sorrento en Italia y el laboratorio del Dr. Luc Montagnier en Francia, demostró que la frecuencia de la información del ADN del virus podía ser transmitida y replicada en una muestra de agua limpia sin contacto físico. Estos hallazgos sugieren que las frecuencias pueden transmitir información de formas que estamos empezando a comprender. (Referencia)

Por otro lado, el agua también ha demostrado ser sensible a las vibraciones externas, como pensamientos y emociones. En sus experimentos, el Profesor Masaru Emoto observó que las moléculas de agua formaban patrones geométricos armoniosos cuando se exponían a vibraciones positivas y se deformaban bajo vibraciones negativas. Si consideramos que el cuerpo humano está compuesto en un 70% por agua, es lógico pensar que estas resonancias pueden impactar directamente nuestra salud y bienestar. Aunque estos conceptos siguen siendo objeto de debate en la comunidad científica, ofrecen una perspectiva interesante sobre cómo las vibraciones influyen en la materia.(Referencia)

Inspirados en 23 años de experiencia en biorresonancia, y basándonos en investigaciones como estas y muchas otras, hemos desarrollado dispositivos de Biorresonancia de alta frecuencia cuántica que, mediante tecnología NFC, pueden cargar y transmitir frecuencias codificadas. Estas tarjetas tienen la capacidad de resonar con el cuerpo, promoviendo equilibrio y armonía. Esto abre un mundo de posibilidades para aprovechar frecuencias beneficiosas que el cuerpo puede reconocer, facilitando su capacidad natural de autorregulación.

¿Sabías que uno de los métodos para crear la tintura madre utilizado en los famosos remedios florales del Dr. Bach, inventados en 1920, se llama solarización?

Este método sencillo y efectivo consiste en colocar ciertas flores en un recipiente con agua y exponerlo al sol durante tres horas. A través de este proceso, se extrae la tintura madre, de la cual se utilizan tres gotas diluidas en agua como tratamiento. Las vibraciones y la energía de las flores son transferidas al agua gracias a la acción del sol.

El ejemplo de Edward Bach me ayudó a comprender que el secreto homeopático reside en dos elementos vitales presentes en la naturaleza: el agua y el sol. Al igual que su método, podemos activar los códigos de nuestras tarjetas de biorresonancia. Las tarjetas Q-Vital, que contienen frecuencias específicas, se activan y resuenan con nuestro cuerpo, promoviendo la armonía interna. Al beber las gotas, el agua actúa como un medio de transmisión que facilita la respuesta que buscamos en nuestro organismo, promoviendo la autorregulación y el equilibrio de una manera natural y sutil.