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¿Qué tan claras son tus decisiones? ¿Sientes que puedes ver el propósito detrás de cada experiencia que vives?"
En muchas tradiciones espirituales, como el hinduismo, el Ajna chakra —ubicado en el entrecejo y conocido como el tercer ojo— es el centro de la intuición, la percepción superior y la clarividencia. Este chakra se asocia a la glándula pineal, que algunos consideran su manifestación física. Aunque la glándula pineal es conocida por regular el sueño y los ritmos circadianos a través de la melatonina, también se cree que es una puerta hacia nuestras percepciones extrasensoriales. Es, en esencia, el puente que conecta la mente lógica con la sabiduría intuitiva.
Buda nos recuerda:
"Cuida tus pensamientos porque como sean tus pensamientos serán tus palabras."
Esta enseñanza nos invita a observar nuestras mentes con atención. Si las palabras tienen el poder de crear, los pensamientos son los arquitectos que moldean esa creación. Una mente desentrenada puede polarizarse, limitando nuestra percepción de la realidad y creando creencias rígidas en lugar de abrirse a nuevas experiencias. Aquí es donde entra el poder del sexto chakra, el tercer ojo, que nos impulsa a ver más allá de las apariencias.
El sexto chakra nos invita a "ver claro", no solo con los ojos físicos, sino con el alma. Este chakra activa nuestra clarividencia, la capacidad de percibir verdades más allá del espectro visible. Nuestros ojos solo captan una fracción limitada de la luz, los colores del arcoíris que van del rojo al violeta. Sin embargo, la realidad se extiende mucho más allá, en un universo de posibilidades y frecuencias que nuestra intuición puede explorar.
¿Qué significa esto en la práctica?
Es probable que, sin darte cuenta, ya hayas experimentado momentos de clarividencia. Tal vez has sentido que alguien iba a llamar justo antes de que lo hiciera, o que alguien estaba por entrar a tu casa y sucedió. Estas percepciones no son simples coincidencias; son destellos de un sexto sentido que trasciende el tiempo y el espacio.
Por ejemplo, imagina que piensas en un ser querido que está lejos y, de repente, recibes un mensaje de esa persona. Estos momentos reflejan el potencial de tu tercer ojo, el cual puedes desarrollar conscientemente.
Un ejemplo de visión remota, te concentras en donde se encuentra uan persona con la que estas hablando por telefono o que te diga que esta vsistando un determinado lugar que no concoes y puedes ver escenas realies de ese lugar.
El sexto chakra también nos invita a equilibrar las fuerzas de nuestros hemisferios cerebrales:
Cuando favorecemos uno sobre el otro, limitamos nuestra comprensión de la vida. La verdadera sabiduría surge cuando ambos trabajan en armonía. El desarrollo pleno del tercer ojo no se trata solo de ver el futuro o lo invisible, sino de integrar lógica e intuición para comprender el presente con claridad y propósito.
El papel del Putamen y el Núcleo Caudado
En este equilibrio cerebral, el putamen y el núcleo caudado —estructuras clave de los ganglios basales— juegan un rol fundamental. Estas áreas integran lo que aprendemos, imaginamos y percibimos, permitiéndonos tomar decisiones más conscientes y conectarnos con una percepción multidimensional del tiempo y las experiencias.
Cuando activamos el tercer ojo, nuestra percepción del tiempo cambia. Dejamos de verlo como una línea rígida y comenzamos a entenderlo como un círculo continuo, donde pasado, presente y futuro están entrelazados. Esto nos libera de la ansiedad por lo que vendrá o el apego al pasado, ayudándonos a vivir plenamente en el presente.
El tercer ojo no solo nos saca del "loco creativo" o del "rígido matemático", sino que los une en una danza armoniosa. Aquí, la intuición guía nuestras acciones, y la lógica las estructura, creando una visión de vida enriquecida y equilibrada.
"Tu tercer ojo no es solo un portal hacia otros mundos; es una ventana hacia tu verdad interior."
Desarrollar el sexto chakra es un viaje hacia la integración de todo lo que somos. Es aprender a ver con claridad, a vivir con propósito y a confiar en una sabiduría que va más allá de los sentidos. Cuando el tercer ojo despierta, dejamos de ver el mundo como es, y empezamos a verlo como podría ser.
Dr. Eduardo González Coeto.
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